viernes, 21 de marzo de 2014

Un deporte para toda la vida

Su regla básica dice que gana el que necesita menos golpes para meter la bola en todos los hoyos del campo, pero el golf es mucho más que eso. Un salpicón de instrucciones, consejos, curiosidades y trucos para quienes se dejan conquistar por este juego.

Hay deportes que no se entienden en su máxima expresión hasta que se practican. El golf es uno de ellos. Sin embargo, cuando se lo practica, es difícil no enamorarse. El encanto de este deporte excede las reglas que implica jugarlo e incluye, por ejemplo, la posibilidad de disfrutar de paisajes hermosos durante la práctica. A diferencia de la mayoría de las disciplinas, en que las canchas tienen tamaños predefinidos y lucen casi iguales, cada campo de golf es distinto y a la hora de su diseño, siempre se toma en cuenta que los jugadores disfruten de vistas maravillosas mientras avanzan hacia el último hoyo.

Se trata de una mezcla exquisita que pone a prueba el estado físico y mental, al tiempo que desafía la voluntad de ser mejores, más precisos y cautelosos a cada paso.

Aunque en Uruguay existan muchos fanáticos del fútbol y el básquetbol, es difícil practicar estos deportes luego de cierta edad. Sin embargo, el golf constituye un pasatiempo para toda la vida cuyos jugadores no pueden abandonar una vez que lo conocen.

¿Cómo se Juega?

Lo primero a saber es que este deporte se practica en campos no estandarizados y que en sus distintos diseños se pueden encontrar lagos, árboles, arenales y otros obstáculos que hacen más complicados pero desafiantes los 9 o 18 hoyos que propone cada terreno.

El ganador es el que completa el recorrido con la menor cantidad de golpes posibles, pero las diferentes modalidades de juego incorporan variables que lo hacen más complejo y justo.

El principal factor de diferencia en este juego lo hace el hándicap. Básicamente, cada jugador está categorizado con el promedio de número de golpes que precisa por ronda y ese número se le resta al total de golpes que haga en cada competición, de modo tal de hacer más justa al campeonato.

Este número se obtiene de los resultados anteriores de ese jugador y a medida que se mejora el juego, el hándicap baja. Esta característica hace posible que los deportistas buenos coincidan con aquellos más novatos en un partido, sin la necesidad de que haya.

ventajas previas que los separen. En el golf, cuanto mayor es el nivel de los jugadores, menores son sus beneficios.
Otra forma de complejizar el juego está en las modalidades. Se puede jugar bajo la premisa de Medal Play, en la que el ganador del partido será aquel que sume menos golpes en el total de los hoyos realizados, pero también puede jugarse en el modo Match Play, en la que se puntúa por hoyos; cada hueco suma un punto a quien lo logre en menos golpes, sin importar las diferentes complejidades, y al final gana el que más puntos sumó.

A su vez, existe el sistema Stableford, en el que los hoyos también tienen un hándicap y los jugadores suman puntos tanto si les sobran golpes como si los hoyos son de un hándicap menor al que ellos tienen. Además de estas modalidades, los amigos suelen jugar por el Fourball, que premia a la pareja cuyo peor golpe supere el peor de los adversarios en cada hoyo. Al final, gana el que más tramos se ha adjudicado. De esta manera, el foco debe ponerse en no hacer tiros muy malos, en lugar de en hacer muy buenos.

¿Cómo se aprende?

Este deporte se puede practicar de diferentes maneras. La más sencilla y barata es aprender de amigos que ya lo juegan y es la forma en la que casi todos se inician en este viaje. Al mismo tiempo se pueden leer libros sobre el tema. En una primera instancia y mediante estas formas, se suelen identificar muchos errores.

Sin embargo, corregirlos no es tan simple como reconocerlos. La voluntad de los amigos y la fuerza de la teoría pueden ser enormes pero su capacidad para enseñarnos a corregir nuestros problemas no lo es tanto. Por eso, para seguir adelante es recomendable tomar clases con un profesional, aunque su eficiencia será tan alta como su precio. En Uruguay, cuatro clases de golf cuestan alrededor de 2.500 pesos.

A todo esto, siempre se debe sumar el aprendizaje que llega tras jugar con frecuencia. El vuelo de las bolas suele dejar

mensajes claros a los jugadores y dejar en evidencia aquellas cosas que se están haciendo mal, al tiempo que ayuda mucho en el aspecto más importante del golf: la corrección del swing.

Este punto, que no mejora si no se le aplica mucha experimentación, es crucial para los objetivos del golfista, dado que se trata del movimiento pendular que incide de forma directa en la calidad de cada tiro y diferencia a cada uno. La calidad del swing es la que determina el nivel del jugador, por lo que debe trabajarse mucho.

¿Qué se necesita para el primer día de golf?


Es importante tener en cuenta que la vestimenta en este deporte no es un aspecto más. Los hombres deben usar camisetas con cuello y no pueden usar jeans. Las mujeres, además de tener las mismas obligaciones, deben cuidar sus escotes.

Antes de entrar al campo por primera vez, se debe contar con ciertos elementos. Nuestro primer bolso de golf no incluirá solamente palos. También deberá incluir varias bolas, tees (soportes que se clavan en el pasto para impactar mejor), guantes, un traje de lluvia, monedas, lápices, protector solar y toalla, entre otras cosas.

Sin embargo, los palos son la parte más costosa y sofisticada del bolso. Al principio se pueden alquilar. Luego se pueden comprar packs de principiante, cuyos precios son más accesibles y cuya utilidad es muy grande durante el pro- ceso de investigación que termina cuando el jugador conoce exactamente el tipo de palos que se adaptan mejor a su juego.

A la hora de comprar los palos definitivos, se debe tener en cuenta las características del mango, el largo total y las diferentes terminaciones que se precisan según los momentos del juego y la distancia a la que se está del hoyo.

Un elegido que queda cerca

Además de disfrutar del juego,
de practicarlo con amigos y en
un espacio relajado con paisajes impresionantes, todos los juga- dores de golf, sin importar su nivel, sueñan con viajar y conocer diferentes campos. A propósito de este sueño, el libro 1001 hoyos de golf que hay que jugar antes de morir, de Jeff Barr, recomienda diferentes destinos que sobresalen en el mundo.

Uno de ellos es el hoyo 16 del Club de Golf del Uruguay, en Punta Carretas. En el espacio dedicado
a este tramo de 303 metros de largo se apunta que el campo fue diseñado por el “legendario arquitecto de golf Alister MacKenzie”, con el fin de llevar este deporte a Uruguay.

Entre los distintos detalles que
se describen de este hoyo, se destaca la vista panorámica de Montevideo que se tiene desde ese punto.

Datos curiosos y simpáticos

La primera referencia al golf data de 1457, cuando un rey de Escocia lo prohibió para que sus hombres se centraran en la guerra.


El primer evento televisado de golf fue el Abierto de Estados Unidos en St. Louis en 1947.


El swing es el único aspecto cuya técnica se mantuvo a lo largo de los años. Un libro de 1687 ya sugería mantener la misma postura corporal durante todo el movimiento, con la pelota detrás del pecho y un poco descentrada hacia el pie izquierdo.

Si se escucha: ¡bola! o ¡fore!, alguien trata de avisar que su tiro puede impactar a otros jugadores o espectadores.

En 1744 se fundó la primera asociación de jugadores en Escocia, y en 1745 se creó la primera reglamentación del golf.

El caddie es mucho más importante para los golfistas de lo que parece: además de cargar y alcanzar los palos, los mantienen limpios. Además preparan las bolas y otros implementos, revisan la alimentación del deportista, le dan datos acerca del campo y le aconsejan los tiros posibles.

Según los expertos, al efectuar el swing se mueven y coordinan 124 músculos, de un total de 424.

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