Japón busca aumentar la natalidad pero no reduce la discriminación hacia madres y embarazadas. Otro grave problema en esta historia de adicciones, soltería y comportamientos sexuales extraños.
Una diputada lanzó una pregunta sobre el descenso de la natalidad y le gritaron que se casara de una vez; dos empleados hicieron comentarios sexuales a dos subordinadas y fueron destituidos; una tienda de moda, responsable de un anuncio de televisión sexista, tuvo que pedir disculpas; una doctora comunicó su embarazo a su empresa y perdió su cargo de gerente. Todo esto pasó entre junio de 2014 y mayo de 2015 en Japón.