jueves, 25 de noviembre de 2010

El día que el 'Chengue' Morales valió un Mundial

Espectador.com rememoró junto a quien fuera el héroe de la jornada, el noveno aniversario del día en que Uruguay clasificó al Mundial de Corea-Japón.

"No me imaginaba jugar porque estaba en el banco y sabía que iba a ser muy difícil tener la posibilidad de entrar. Las cosas fueron saliendo bastante bien y la opción siempre era un delantero, porque necesitábamos los goles. Así que estaba expectante, con nervios y el corazón a mil por si me tocaba entrar".
Aquel 25 de noviembre de 2001, el ansia de Richard "Chengue" Morales recién se vio atemperada cuando ya corrían 64 minutos de partido y el 1-0 a favor de Uruguay obligaba a un alargue, y de persistir ese resultado, penales.

"Era una posibilidad de salvarme, por la edad que tenía y por las casi 80.000 personas que me veían ese día. Y se me dio la posibilidad de hacer no uno, sino dos goles, y tener una buena actuación". Con apenas seis minutos en cancha, el 'Chengue' pudo cabecear  un centro de Álvaro Recoba y disparó en un festejo desenfrenado revoleando su camiseta, al tiempo que intentaba controlar las lágrimas al abrigo de sus compañeros.

"La emoción fue porque había vivido muchas cosas feas ese año y se me pasó todo eso por la cabeza. Fue muy lindo poder darle a mi familia y la gente que me quiere, dos goles adelante de tantas personas". Porque no le bastó con apurar la ilusión producto del 2-0 parcial, sino que conjuró la insoportable angustia por los embates australianos que sobrevinieron, ya que un solo gol bastaba a los oceánicos para hacerse del cupo en disputa.

Sobre la hora y con los corazones ya rogando el final del partido, otro pase de Recoba permitió a Morales batir por segunda vez al arquero Schwarzer y destapar entonces el festejo mundialista. "Fue el momento máximo de mi carrera", aseguró el 'Chengue'. "Cambió mi carrera después de ese día, pasé a ser un jugador consolidado, la gente me miraba de otra manera, mi respeto era otro [...] La confianza que me tenía también creció porque si bien era titular en mi equipo, en la selección no jugaba mucho pero el respeto de los entrenadores era mayor".

De Uruguay '02 a una Celeste '10 puntos':: Llegó a Corea con serias expectativas de ser tenido en cuenta, en parte gracias al gran momento que vivía en Nacional, con quien venía de ser campeón del Apertura 2002.

Pero recién le tocó pisar el césped en uno de los peores momentos en la historia de Uruguay en los mundiales. La Celeste precisaba ganar para pasar la primera fase y perdía feo con Senegal al cabo del primer tiempo. "Sabía que todo lo que viniera iba a ser bueno, me iba a ayudar y fue así. Más allá de que la gente hoy no recuerda que entré cuando íbamos 0-3, sino que recuerda que erré el 4-3 [...] Entramos, nos repusimos, lo empatamos y tuve la mala suerte de errar una pelota; una jugada más del partido", reflexiona Morales.

Minutos después de aquél cabezazo (y del de Víctor Púa), Morales y sus compañeros debieron sacar boleto de vuelta, con la amargura a cuestas por lo poco que faltó. "Por Uruguay siempre dejé todo, y lamentablemente lo erré, pero duermo tranquilo porque siempre di mi 100%", advirtió el 'Chengue'.

Ante la expectativa de la Copa América de selecciones a celebrarse en junio del próximo año y siendo que justo este jueves se sorteó la edición 2011 de la Copa Libertadores, Morales admitió que el debe en su carrera "fue ganar algo con la selección o algo continental con Nacional".

Y en relación a la primavera futbolística que vive la Celeste, en comparación al período que le tocó vivir aseguró que "a la selección la veo muy bien, pero no creo que hayan habido tantos cambios. Sino que a esta selección se la ha respaldado como a ninguna".

El 'Chengue' quebró una lanza por anteriores referentes del combinado uruguayo, porque en buena medida entiende que propiciaron los muchos logros que hoy disfrutan los nuevos seleccionados. "Gente como Paolo Montero, Fabián O'Neill, el 'Negro' Tais y Gustavo Méndez lucharon mucho por la selección y hoy se están dando cosas que ellos pelearon", dijo.

"Principalmente, en lo económico, porque los jugadores tenían que pagarse los pasajes, de verdad: Uruguay daba 800 dólares para viajar y el pasaje valía 1600. Terminabas un partido muerto, y particularmente, no podía viajar en clase turista, porque no entraba. Esa es la verdad".

La vida lo encuentra, nueve años después, inmerso en su 'Botineras Disco Pub', emprendimiento empresarial sito en la ciudad de Las Piedras. Pero mantiene expectativas de volver, "esperando para ver con qué me vinculo en el fútbol, porque sé que algo en el fútbol quiero hacer, pero no técnico, porque no me interesa; y los técnicos de juveniles cobran cada cuatro o cinco meses, así que es muy difícil".

Escrito en conjunto con Rodrigo Ubilla, de Espectador.com


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