miércoles, 22 de febrero de 2012

Ejecución franca


Recorre la torre como quién admira una obra de arte y si bien ingresó hace más de cuatro años, Rafael Flom disfruta cada día de poder trabajar en ese lugar. Llegó con su título de economista egresado de la Universidad de la República y una experiencia laboral de cinco años dedicado al abordaje económico de los negocios inmobiliarios.

Desde su entrada a WTC FZ en 2007 participó del plan de negocios y de marketing de la empresa y luego se dedicó a comercializar las instalaciones junto a Carlos Lecueder (h), con quien comparten el orgullo de ser los primeros empleados de la torre. Desde agosto de 2011 se encarga de la gerencia general, donde se focaliza en alcanzar el equilibrio entre la planificación y la ejecución, dos aspectos que considera fundamentales en un puesto de su jerarquía.

Conoce por experiencia propia las dificultades de inserción al mercado laboral durante una crisis porque la del año 2002 lo encontró en plena búsqueda y hoy, en una coyuntura diametralmente opuesta, sueña con que los jóvenes uruguayos lleguen con mayor frecuencia a los altos cargos empresariales.

¿Por qué abrir una zona franca en este complejo?

Todas las torres del WTC son un éxito y la clave es que cumplen con la triple misión de ser el mejor lugar para desarrollarse profesionalmente en la mejor ubicación y con los mejores servicios. WTC FZ quiere sumarse a ese círculo virtuoso. Somos la única zona franca de toda la asociación WTC.

Cuando esté terminada, trabajarán más de 10.000 personas y habrá más de 500 empresas. Con las tasas de empleo que tenemos hoy, mucha gente se inclina por nosotros debido a la cercanía geográfica. Los empleados salen de aquí y pueden ir a jugar al futbol, correr, comprar en un supermercado, pagar en un local de cobranzas o dejar a los niños en el cine. Eso no pasa en otras zonas francas.

Manejamos el concepto de “hotel de empresas” y buscamos que la calidad de servicios que el cliente reciba sea cinco estrellas. Además, estamos trabajando en un programa de beneficios para nuestros empleados y sus familias en comercios y servicios de la zona.

¿Qué prestaciones tiene la torre?

Somos una zona franca de servicios, en la que no se trabaja con logística, camiones ni stock. Contamos con 23 pisos, cuatro subsuelos con capacidad para cerca de 300 automóviles y un helipuerto internacional, al que se puede llegar directo desde Buenos Aires. En el primer piso tenemos un Innovation Center, en el que se brindan servicios compartidos para empresas que quieran probar y luego alquilar en un piso superior. Hay hasta 12 oficinas por piso. Está a la altura de las mejores zonas francas del mundo.

¿Cuáles son las ventajas y desventajas de instalar una empresa que trabaje para el mundo?

Uruguay tiene muchas cosas buenas. Aquí, como no pasa en ningún otro país, un empresario tiene la posibilidad de entrevistarse con el ministro de Economía o incluso con el presidente. Poder hablar cara a cara con la gente que toma las decisiones es impresionante.

Además, la ley es muy favorable. Ofrece varios beneficios entre los que se destaca la exoneración de todo impuesto nacional existente o a crearse y la posibilidad de que los trabajadores extranjeros no tengan que contribuir con la seguridad social uruguaya. A eso, Uruguay le suma una seguridad jurídica muy fuerte, ya que han pasado gobiernos de los tres principales partidos políticos y siempre han honrado la ley. En cuanto a capacitación en recursos humanos también hay capital pero tenemos allí un desafío importante.

Se mejoraron los procesos de las zonas francas en cuanto a los trámites  pero queda mucho por hacer. El ranking Doing Business es fundamental y si bien hemos mejorado a raíz de avances en las tramitaciones, falta mejorar más.

Un aspecto controversial de la ley es que solo puede haber un 25% de empleados extranjeros. Eso constituye un problema importante por el que hay empresas que deciden no instalarse. Además, las que no llegan a cuatro personas no pueden tener ningún extranjero. Con la falta de personal que tiene Uruguay en algunos rubros, debería permitirse; el espíritu de la ley se Tiene que mantener pero hay que actualizarla.

¿Cómo es visto Uruguay desde el exterior?

En ese punto también hubo mucho trabajo y queda otro tanto por hacer. Somos vistos como un buen país de productos y turismo pero hay que posicionar mejor al país de servicios que podemos ser. Tenemos buena calidad humana pero hay que acompasarlo con mejor formación. Más personas deberían saber computación, hablar muy buen inglés y portugués.

¿Cuáles son los principales desafíos como gerente general?

Mi función es gestionar un grupo humano que esté a la altura de construir la zona franca más exitosa de la región y con servicios de lujo. Para eso, es muy importante combinar dos elementos Esenciales en la personalidad de un gerente general: planificación y ejecución. Es clave saber hacia dónde vamos, con metas medias y finales, pero si no las rodeamos de una actitud positiva y responsable, no vamos a poder concretar ninguna.


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