Sebastián Zunini lleva su vida con espíritu emprendedor y se considera un adicto por innovar: “Tengo un vicio, que es encontrar problemas cotidianos que no están identificados, buscarles soluciones alcanzables y documentar esas ideas. Mis emprendimientos surgen de la carpeta enorme que tengo con esos papeles”.
Hace casi cuatro años, empezó la primera de sus tres
grandes apuestas emprendedoras, aunque ya lleva otros tantos intentos menores.
Show Delivery fue una plataforma online para la transmisión, venta y difusión
de shows en vivo y en directo por internet y con alta definición. El proyecto
se topó con un problema en cuanto a los medios de pago, lo que generó la
siguiente empresa.
Inclusive Pay fue el proyecto que Zunini llevó a cabo junto a Fernando Castellanos durante 2010 y se trató de una innovadora solución de pago offline para compras, ventas y donaciones en internet, accesible globalmente. Sin embargo, los largos tiempos y el escaso respaldo económico con que contaban (“todas las inversiones fueron de nuestros propios bolsillos”) hipotecaron la posibilidad de éxito.
Tiempo después de pasar la página de Inclusive Pay, en noviembre
de 2011, Zunini se enteró de que la aceleradora de ideas Wayra, del grupo
Telefónica, recibía proyectos. Abrió la carpeta en la que documenta sus ideas y
buscó una que pudiera ser aceptada.
Así surgió Family Sum, un espacio online gratuito para llevar
adelante la charla familiar y desarrollar los valores que antes se transmitían
de forma natural en el hogar. Esa plataforma permite a los usuarios conectarse
con sus seres queridos, usar aplicaciones con ellos, disponer de un espacio
íntimo para compartir contenido familiar y garantiza una experiencia segura
para los niños.
Zunini lo ideó como una solución para la ausencia de la
familia en la red. “Después de cada cumpleaños hay intercambio de muchos mails
con fotos, porque las redes sociales no se llevan bien con la intimidad de la
familia. Los problemas familiares se debatían en las casas pero cada vez se les
dedican menos tiempo. Por eso, nos pareció importante generar un espacio para
que la familia pudiera competir con el resto del mundo y tuviera un lugar en
Internet”, relató.
Aplicaciones
colaborativas
La semana pasada, Family Sum abrió sus puertas a las
primeras familias que se inscribieron, para compartir con ellas las primeras
aplicaciones y solicitarles comentarios que mejoren la plataforma. “No queremos
hacer lo que nos parece, sino lo que las familias necesitan”, sintetizó Zunini.
Las aplicaciones de este espacio serán colaborativas, lo
que implica que las herramientas se vuelven más útiles cuantos más usuarios
colaboran en su uso. La lista de aplicaciones es muy larga pero se destacan la
elaboración de la lista de compras para el supermercado y la división de las
tareas del hogar.
Además, luego de cada evento se podrán armar álbumes
colaborativos, en los que todos podrán subir sus imágenes y videos. También
habrá oportunidades de compartir ideas y frases, debatir temas en la intimidad
de la familia, jugar, llevar la contabilidad del hogar y leer desde una
biblioteca en común, entre otros.
Mientras todo eso ocurre, el sistema va escribiendo la
historia del usuario. “Family Sum es una verdadera oportunidad de registrar
nuestra vida a través de fotos, videos, canciones y mucho más, para que la vean
nuestros hijos, nietos, tataranietos y amigos cercanos”, resumió Zunini.
Con la suma de esas historias se puede experimentar con
las efemérides familiares, en las que se podrá saber qué estaba haciendo la
familia un día como ese pero hace varios años.
La plataforma también incluye una opción de recuerdos
íntimos, en la que se pueden almacenar recuerdos para el usuario, que podrá
decidir de antemano qué hacer con estos
cuando fallezca.
Zunini busca sumar más aplicaciones, generando un mercado
de herramientas para la familia que no esté desarrollado únicamente por el
equipo de Family Sum: “Queremos recibir ideas para hacer propuestas de
desarrolladores que presenten aplicaciones, que serán evaluadas e incluidas a
la plataforma. Buscamos marcas y empresas que quieran desarrollar aplicaciones
para poner sus productos a disposición de la familia”, resaltó el emprendedor
detrás del proyecto Family Sum.
La
actitud a flor de piel
Resaltó que el emprendedor está entrenado para hacer
cosas. Las piensa y las proyecta pero no se queda con las ideas en la cabeza.
Tiene claro que el tiempo pasa y las lleva a cabo. Por eso, anda por la vida
con una frase que sintetiza la importancia de hacer, más que de planear: “No
todo lo que he leído y escuchado me ha servido. Pero sí todo lo que he vivido”.
Para Zunini, esa proactividad es la que provoca los
cambios positivos en la sociedad, sin obviar que también trae algunos
problemas, fruto de la resistencia al cambio que tienen muchas personas.
“Yo me siento cómodo con los cambios e incómodo con el
statu quo. No me adapto a los cambios sino que convivo con ellos. Pero esa
condición hace que ponga nerviosos a los que me rodean, que siempre prefieren
seguir igual. Sin embargo, tengo claro que no puedo conseguir nada solo;
necesito un equipo de trabajo”, dijo.
Para contrarrestar esos roces, Zunini explicó que forma
su equipo con personas que conecten con su forma de pensar y que entiendan que
no se persigue un objetivo meramente económico.
“Yo les doy oportunidades a aquellos con los que siento
que comparto la sintonía y, sobre todo, exijo que sepan que así como venimos
estamos mal. Tenemos que pensar en algo más que en la plata; debemos ver en qué
vamos a aportar para la dignidad humana”, sostuvo.
Entre sus virtudes como emprendedor, también resaltó que
no entiende el concepto fracaso.“No porque nunca me haya equivocado, sino
porque me repongo de cada experiencia tomando lo mejor de lo que hice para ser
más efectivo en lo que viene. Cuando entierro una idea me tomo mi tiempo para
comprender lo que hice mal y lo que se puede mejorar, pero siempre miro el
medio vaso lleno”, aclaró el emprendedor.
El
núcleo de la sociedad
A sus 28 años, Zunini tiene clara la importancia de la
familia en la comunidad y explica que su proyecto no está motivado por la
rentabilidad, sino porque se alinea con valores que considera positivos para el
mundo. “Hay muchas formas de ganarse la
vida y yo no elijo esta porque sea la que más me enriquezca el bolsillo, sino
que mi búsqueda tiene un objetivo que también es emocional. Si mi proyecto
logra que alguien esté más tiempo con su familia que con los nuevos
dispositivos que nos bombardean, habrá valido la pena”, expresó. Para Zunini,
la familia es la célula principal de la sociedad y, en lugar de cuidarla como
tal, se está dejando de lado. “Cada vez hay más problemas y en lugar de cuidar
la familia como el lugar en el que crecemos y adquirimos los valores para
cambiar el mundo, la estamos debilitando”, reclamó. El nombre Family Sum tiene
un doble significado. Traducido del inglés significa “La familia suma” y
traducido del latín, quiere decir que la familia “existe”. Una mezcla de ambas
traducciones es lo que quiere transmitir Zunini. “Es un mensaje para los que no
piensan como yo. Quiero que sepan que todavía hay un lugar para la familia y,
al mismo tiempo, busco que confíen en que la familia le aporta cosas valiosas a
sus integrantes”, destacó el emprendedor.
En
cifras
6 integrantes llevan adelante Family Sum. Hay
diseñadores, maquetadores, programadores y encargados de finanzas.
10 proyectos fueron seleccionados para aceleración en
Wayra Argentina 2011. Todos con propuestas online.
30.000 dólares es el mínimo que reciben los ganadores de
Wayra durante los seis primeros meses. El máximo es U$S 70.000.
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