La automedicación es un peligro en aumento.
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Las autoridades
aseguran que los uruguayos consumen cada vez más medicamentos y consultan cada
vez menos a los médicos. Además, compran remedios sin receta y en lugares
inhabilitados, una tendencia mundial creciente.
El
instinto de cuidarse y querer curar es algo que acompañó al hombre a lo largo
de toda su existencia. Sin embargo, las condiciones actuales presionan al
paciente, entendido como un cliente, lo cual aumenta los peligros de la
automedicación.
Si
bien no hay datos oficiales acerca del consumo de medicamentos en Uruguay, las
autoridades estiman que el país acompaña el aumento creciente que se registra
desde hace décadas en todo el mundo.
La
empresa multinacional IMS, que evalúa la industria farmacéutica en más de 100
países, estimó que el mercado nacional crecerá 12% anual hasta 2015.
Donde quieras, como
quieras
Además
de venderse en mayor cantidad, los remedios se pueden comprar en casi cualquier
comercio; ferias vecinales, almacenes de barrio y supermercados exhiben
diferentes medicinas como si no existiera una ley que define que las farmacias
son los únicos establecimientos habilitados para dispensar estos productos.
“No
podemos desconocer que existe una comercialización de medicamentos por fuera de
los ámbitos establecidos en la ley, que constituye un riesgo para la salud de
quienes los consumen”, admitió Marlene Sica, directora General de Salud.
Para
combatir el comercio ilegal de medicamentos, el MSP actúa a partir de denuncias
o por iniciativa propia. Hace una semana elevó una nota a la Suprema Corte de
Justicia (SCJ) en la que informa acerca de las facultades que tiene el
Ministerio del Interior para cooperar en este asunto y pide una participación
“más activa en la represión de esta actividad”.
Pero
el crecimiento en la venta de medicamentos también se debe a “un aumento del
consumo de fármacos que, siendo de prescripción, se adquieren en las farmacias
pero sin la receta correspondiente”.
El
elevado consumo de antibióticos que se aplican en situaciones donde no existe
indicación es un ejemplo de esto”, explicó Sica. Si bien la Dirección General
de Salud (Digesa) cuenta con personal de inspección para fiscalizar el
cumplimiento de las normas, el personal no se dedica únicamente a esta tarea y
“siempre se necesitan más fiscalizaciones”, agregó.
A
su vez, los ministerios de Salud Pública y del Interior comenzarán una campaña
publicitaria conjunta en las que se advertirá a la población sobre los peligros
del consumo de medicamentos adquiridos en locales no habilitados. “Es una de
las tantas áreas donde debemos centrar nuestros esfuerzos”, aseguró Sica.
En
ese sentido, el profesor grado 5 en Farmacología, Gustavo Tamosiunas, dijo que
las condiciones de temperatura y humedad en las que se almacenan los productos
también son cruciales para los efectos que tendrán sobre el consumidor.
“El
medicamento está naturalizado. Al paciente se le genera la necesidad de tomarlo
para sentirse mejor. El ambiente es propicio porque están en cualquier lado y,
a veces, en los lugares habilitados no se les exige la receta. Todos esto hay
que combatirlo”, agregó.
Remedio peor que la
enfermedad
En
muchas ocasiones, la automedicación provoca más problemas que soluciones. Al
consumir medicamentos sin que exista una opinión profesional se corre el riesgo
de sufrir reacciones adversas, obviar contraindicaciones que generan otras
patologías, tratar el síntoma y no la enfermedad subyacente, demorar el momento
en que se alcanzará el tratamiento adecuado y abandonar el tratamiento antes de
tiempo.
Además,
los problemas derivados de la automedicación aumentan los gastos en salud,
tanto para los pacientes como para las instituciones. Un estudio de 2008 sobre
la frecuencia de hospitalizaciones por reacciones adversas a medicamentos y
abandono del tratamiento farmacológico realizado por el departamento de
Farmacología de la Facultad de Medicina, destacó el “impacto en términos de
gravedad y prolongación de la estadía hospitalaria”.
A
su vez, siempre que un individuo toma un medicamento, las bacterias que ataca
reciben información acerca de los mecanismos para combatirlas y eso permite el
desarrollo de cepas de microorganismos resistentes, que ponen en funcionamiento
un proceso contra reloj de mejoramiento de esas medicinas, que ya no logran los
efectos deseados.
Ministerio maniatado
Los
medicamentos de venta libre pueden ser adquiridos por cualquier paciente y no
precisan ninguna prescripción médica para su compra.
Los
fármacos de esta categoría están dirigidos al tratamiento de síntomas o
patologías que no implican la consulta inmediata con un médico de referencia,
aunque no eximen en absoluto al ciudadano de la responsabilidad de usar estas
herramientas de acuerdo a las condiciones para las cuales fueron desarrolladas.
Sin embargo, el Estado sí se involucra en el consumo de otros productos que
también son de responsabilidad del ciudadano.
Sobre
el desconocimiento acerca del uso que se da a los medicamentos de venta libre y
la imposibilidad de incidir positivamente en este aspecto, Sica declaró que “es
un problema. Para minimizarlo tenemos que asumir que el consumo inadecuado
existe, difundir los riesgos a los que se expone la población cuando ejecuta
estas prácticas y cuáles son las indicaciones específicas para tomar cada
remedio. Ahí tenemos que estar todos: el MSP con los lineamientos, los médicos
en las consultas diarias, la academia mediante la formación de nuevos
profesionales, los centros educativos que están en contacto directo con los
usuarios y los medios de comunicación”.
A
su vez, la ingesta de medicación es una parte del proceso de curación que no se
puede separar de la evaluación, el monitoreo y la supervisión del tratamiento
por parte de un doctor.
“Cuando
el profesional recibe a un paciente decide los pasos a seguir basado en sexo,
edad, características generales, otras patologías y medicaciones del paciente,
por lo que no todo funciona para todos. Los medicamentos de venta libre son un
tema muy complicado. Quizá no debería haber”, afirmó Tamosiunas.
Lo creo porque lo vi
en TV
La
publicidad es la principal acusada de distorsionar los mecanismos naturales de
automedicación, que incluían consultas a familiares o vecinos y recuerdos de
experiencias anteriores. El principal
profesor de Farmacología en Uruguay sostuvo que las campañas provocan un uso
inadecuado de medicamentos. “No quiero a los medios masivos para que me digan
qué tengo que tomar. Aparecen actores o artistas y a mí me preocupa que un
conductor de un programa recomiende un remedio, porque eso es generar
automedicación innecesaria”, indicó Tamosiunas.
A
pesar de las piezas conocidas, el MSP afirma que controla las campañas
publicitarias de las empresas del sector farmacéutico y existe un Código de
Prácticas Publicitarias realizado por el Consejo Nacional de Autorregulación
Publicitaria del Uruguay que exhorta al cumplimiento de las normas al respecto.
Por
su parte, Tamosiunas reclamó que la atención farmacéutica siga el proceso
iniciado. “No se puede, por ejemplo, cambiar las recetas porque hay un producto
en oferta. Entre todos tenemos que tratar de que la salud no sea un negocio,
que el medicamento sea un bien social y no una forma más de consumo”, concluyó.
A disposición: Aunque
solo las farmacias pueden vender remedios, es común encontrarlos en ferias,
almacenes y supermercados. Se pueden comprar tanto fármacos de venta libre como
aquellos a los que se accede mediante la presentación de la receta verde, que
tampoco es exigida en estos comercios.
Riesgos de ser su
propio médico: La
automedicación pone en riesgo al consumidor, que puede calmar el síntoma pero
no la patología, sufrir reacciones adversas, enfermarse por no atender las
contraindicaciones, abandonar el tratamiento antes de lo debido y que no hace
más que dilatar el momento en que deberá visitar a un médico para recibir el
tratamiento adecuado. Además, el autoconsumo favorece el desarrollo de
bacterias resistentes que anulan los efectos de la medicación tomada.
Hola Nicolas, quisieramos presentarte una propuesta de trabajo.
ResponderEliminarMe podrias contactar? 094-699-811