sábado, 4 de mayo de 2013

Medicados al azar

La automedicación es un peligro en aumento.

Las autoridades aseguran que los uruguayos consumen cada vez más medicamentos y consultan cada vez menos a los médicos. Además, compran remedios sin receta y en lugares inhabilitados, una tendencia mundial creciente.

El instinto de cuidarse y querer curar es algo que acompañó al hombre a lo largo de toda su existencia. Sin embargo, las condiciones actuales presionan al paciente, entendido como un cliente, lo cual aumenta los peligros de la automedicación.

Si bien no hay datos oficiales acerca del consumo de medicamentos en Uruguay, las autoridades estiman que el país acompaña el aumento creciente que se registra desde hace décadas en todo el mundo.

La empresa multinacional IMS, que evalúa la industria farmacéutica en más de 100 países, estimó que el mercado nacional crecerá 12% anual hasta 2015.

Donde quieras, como quieras

Además de venderse en mayor cantidad, los remedios se pueden comprar en casi cualquier comercio; ferias vecinales, almacenes de barrio y supermercados exhiben diferentes medicinas como si no existiera una ley que define que las farmacias son los únicos establecimientos habilitados para dispensar estos productos.

“No podemos desconocer que existe una comercialización de medicamentos por fuera de los ámbitos establecidos en la ley, que constituye un riesgo para la salud de quienes los consumen”, admitió Marlene Sica, directora General de Salud.

Para combatir el comercio ilegal de medicamentos, el MSP actúa a partir de denuncias o por iniciativa propia. Hace una semana elevó una nota a la Suprema Corte de Justicia (SCJ) en la que informa acerca de las facultades que tiene el Ministerio del Interior para cooperar en este asunto y pide una participación “más activa en la represión de esta actividad”.

Pero el crecimiento en la venta de medicamentos también se debe a “un aumento del consumo de fármacos que, siendo de prescripción, se adquieren en las farmacias pero sin la receta correspondiente”.

El elevado consumo de antibióticos que se aplican en situaciones donde no existe indicación es un ejemplo de esto”, explicó Sica. Si bien la Dirección General de Salud (Digesa) cuenta con personal de inspección para fiscalizar el cumplimiento de las normas, el personal no se dedica únicamente a esta tarea y “siempre se necesitan más fiscalizaciones”, agregó.

A su vez, los ministerios de Salud Pública y del Interior comenzarán una campaña publicitaria conjunta en las que se advertirá a la población sobre los peligros del consumo de medicamentos adquiridos en locales no habilitados. “Es una de las tantas áreas donde debemos centrar nuestros esfuerzos”, aseguró Sica.

En ese sentido, el profesor grado 5 en Farmacología, Gustavo Tamosiunas, dijo que las condiciones de temperatura y humedad en las que se almacenan los productos también son cruciales para los efectos que tendrán sobre el consumidor.

“El medicamento está naturalizado. Al paciente se le genera la necesidad de tomarlo para sentirse mejor. El ambiente es propicio porque están en cualquier lado y, a veces, en los lugares habilitados no se les exige la receta. Todos esto hay que combatirlo”, agregó.

Remedio peor que la enfermedad

En muchas ocasiones, la automedicación provoca más problemas que soluciones. Al consumir medicamentos sin que exista una opinión profesional se corre el riesgo de sufrir reacciones adversas, obviar contraindicaciones que generan otras patologías, tratar el síntoma y no la enfermedad subyacente, demorar el momento en que se alcanzará el tratamiento adecuado y abandonar el tratamiento antes de tiempo.

Además, los problemas derivados de la automedicación aumentan los gastos en salud, tanto para los pacientes como para las instituciones. Un estudio de 2008 sobre la frecuencia de hospitalizaciones por reacciones adversas a medicamentos y abandono del tratamiento farmacológico realizado por el departamento de Farmacología de la Facultad de Medicina, destacó el “impacto en términos de gravedad y prolongación de la estadía hospitalaria”.

A su vez, siempre que un individuo toma un medicamento, las bacterias que ataca reciben información acerca de los mecanismos para combatirlas y eso permite el desarrollo de cepas de microorganismos resistentes, que ponen en funcionamiento un proceso contra reloj de mejoramiento de esas medicinas, que ya no logran los efectos deseados.

Ministerio maniatado

Los medicamentos de venta libre pueden ser adquiridos por cualquier paciente y no precisan ninguna prescripción médica para su compra.

Los fármacos de esta categoría están dirigidos al tratamiento de síntomas o patologías que no implican la consulta inmediata con un médico de referencia, aunque no eximen en absoluto al ciudadano de la responsabilidad de usar estas herramientas de acuerdo a las condiciones para las cuales fueron desarrolladas. Sin embargo, el Estado sí se involucra en el consumo de otros productos que también son de responsabilidad del ciudadano.

Sobre el desconocimiento acerca del uso que se da a los medicamentos de venta libre y la imposibilidad de incidir positivamente en este aspecto, Sica declaró que “es un problema. Para minimizarlo tenemos que asumir que el consumo inadecuado existe, difundir los riesgos a los que se expone la población cuando ejecuta estas prácticas y cuáles son las indicaciones específicas para tomar cada remedio. Ahí tenemos que estar todos: el MSP con los lineamientos, los médicos en las consultas diarias, la academia mediante la formación de nuevos profesionales, los centros educativos que están en contacto directo con los usuarios y los medios de comunicación”.

A su vez, la ingesta de medicación es una parte del proceso de curación que no se puede separar de la evaluación, el monitoreo y la supervisión del tratamiento por parte de un doctor.

“Cuando el profesional recibe a un paciente decide los pasos a seguir basado en sexo, edad, características generales, otras patologías y medicaciones del paciente, por lo que no todo funciona para todos. Los medicamentos de venta libre son un tema muy complicado. Quizá no debería haber”, afirmó Tamosiunas.

Lo creo porque lo vi en TV

La publicidad es la principal acusada de distorsionar los mecanismos naturales de automedicación, que incluían consultas a familiares o vecinos y recuerdos de experiencias anteriores. El principal profesor de Farmacología en Uruguay sostuvo que las campañas provocan un uso inadecuado de medicamentos. “No quiero a los medios masivos para que me digan qué tengo que tomar. Aparecen actores o artistas y a mí me preocupa que un conductor de un programa recomiende un remedio, porque eso es generar automedicación innecesaria”, indicó Tamosiunas.

A pesar de las piezas conocidas, el MSP afirma que controla las campañas publicitarias de las empresas del sector farmacéutico y existe un Código de Prácticas Publicitarias realizado por el Consejo Nacional de Autorregulación Publicitaria del Uruguay que exhorta al cumplimiento de las normas al respecto.

Por su parte, Tamosiunas reclamó que la atención farmacéutica siga el proceso iniciado. “No se puede, por ejemplo, cambiar las recetas porque hay un producto en oferta. Entre todos tenemos que tratar de que la salud no sea un negocio, que el medicamento sea un bien social y no una forma más de consumo”, concluyó.

A disposición: Aunque solo las farmacias pueden vender remedios, es común encontrarlos en ferias, almacenes y supermercados. Se pueden comprar tanto fármacos de venta libre como aquellos a los que se accede mediante la presentación de la receta verde, que tampoco es exigida en estos comercios.

Riesgos de ser su propio médico: La automedicación pone en riesgo al consumidor, que puede calmar el síntoma pero no la patología, sufrir reacciones adversas, enfermarse por no atender las contraindicaciones, abandonar el tratamiento antes de lo debido y que no hace más que dilatar el momento en que deberá visitar a un médico para recibir el tratamiento adecuado. Además, el autoconsumo favorece el desarrollo de bacterias resistentes que anulan los efectos de la medicación tomada.

La nota en PDF (parte 1) (parte 2)

1 comentario:

  1. Hola Nicolas, quisieramos presentarte una propuesta de trabajo.
    Me podrias contactar? 094-699-811

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